jueves, 20 de febrero de 2014

Notas y consejos


El aseo y cuidados de los Boyeros Suizos

Estos consejos van sobre todo dirigidos a los propietarios de Boyeros de Berna, ya que es la raza que tiene el manto largo.

Un cepillado periódico debería ser suficiente parta mantener en forma el pelaje de nuestro perro, recurriendo al baño solo en ocasiones especiales. Sobre este particular, la constancia es la virtud que más cabe destacar.
Dependiendo de la raza del perro elegiremos los útiles dimensionados a la dureza y longitud del pelo.
Primero situaremos al animal sobre una mesa o repisa desde la cuál tengamos fácil y cómodo acceso a toda su anatomía.
Empezamos pasando los dedos por el pelaje del animal, detectando y eliminando todos los objetos y partículas extrañas adheridas al manto, así como posibles nudos.
A continuación cepillaremos enérgicamente con el cardador para quitar la borra en la dirección del crecimiento del pelo, para acabar con un cepillo o gamuza en las razas de pelo corto y con el peine en las de pelo largo, esta vez en las dos direcciones.
Frecuencia: Las razas de pelo largo, con propensión a la formación de nudos, requieren un cepillado diario de mantenimiento, incluso varias veces al día en periodos de muda, mientras en las razas de pelo corto es suficiente una vez por semana.
En general, los perros de ciudad, donde el aire está saturado de polvo y partículas en suspensión que se adhieren al pelo, requieren mas cuidados que los que viven en el campo, donde las condiciones ambientales son más naturales.
En condiciones normales, un par de baños anuales son suficientes para nuestro perro. El aseo rutinario mantendrá en perfecto estado de limpieza a nuestro can. Esta parquedad en los baños no es debida a que a los perros no les guste o convenga el agua, en muchas ocasiones les encanta; es el champú lo que les es perjudicial para el equilibrio de los aceites naturales del pelo.
Por añadidura, el perfume del jabón suele molestar en demasía a nuestro compañero, Comenzaremos duchando al perro con agua tibia empezando por la cabeza y con el que se revolcará a la primera ocasión con tal de recuperar su olor a perro. Así pues, debemos elegir un buen champú y un acondicionador especialmente formulado para perros que ocasione el mínimo trastorno a nuestro compañero.
Tras un paseo por el campo suele ser suficiente un baño con agua tibia para quitar el barro.
Antes de iniciar el baño cepillaremos el perro con el cardador para evitar que el pelo se apelmace.

chorro cerca del cuerpo para que el agua penetre a fondo en el pelaje.
A continuación aplicaremos el champú, primero en la cabeza y luego en el cuerpo, procurando friccionar bien el pelaje. Con la mano cubriremos los ojos del animal para evitar que le entre el jabón.
Enjuagaremos a conciencia procurando eliminar absolutamente todo el champú.
Al finalizar el baño debemos poner especial atención en el secado. Primero, y en el caso que no dejemos que el animal se sacuda, un escurrido de arriba -abajo, delante -atrás con las manos, luego un secado con la toalla en sentido del pelo, para evitar la formación de nudos y finalmente un acabado con el secador, especialmente en las razas delicadas y de pelo largo.  
Los cachorros menores de tres meses son un caso aparte. Solo debemos bañarlos en ocasiones excepcionales y preferentemente bajo consejo veterinario. En todo caso debemos prestar especial atención al champú que utilizamos y sobre todo al secador. En los cachorros es imprescindible el uso del secador tras el baño para procurar que no pasen frío.
Fuente: La red de Los Amigos de los Boyeros de Berna, España 

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