jueves, 20 de febrero de 2014

Notas y consejos


RECOMENDACIONES PARA LA ADQUISICION DE UN CACHORRO
Por Marita Subiza

Es el fin de este artículo poder ayudar a todas aquellas personas que están interesadas en adquirir un cachorro. Es importante comprender que la mayorías de estas recomendaciones son generales a todas las razas.
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La decisión de la compra de un perro, quizás sea el más importante.  Es aquel momento donde  toda la familia decide adoptarlo como un integrante más de la misma. No debe ser una decisión tomada a la ligera, ya que será nuestro compañero a lo largo de muchos años. Debe estudiarse detenidamente cuál es la raza que más se adapta a nuestras necesidades. No todas las razas son para todas las personas, cada una de ellas son diferentes, cada raza debe respetar su patrón genético, no podemos pretender que un animal puramente de compañía tenga aptitudes  de defensa.

Lo que pretendemos es dar una norma general para la selección de un cachorro..

Una vez que hayamos decidido la raza, es importante que el ejemplar a adquirir  tenga sus papeles de inscripción a Federación Cinológica Argentina. No es un simple trámite, ya que  en estos documentos se identifica todo el árbol genealógico de  nuestro futuro perro. Nos garantiza que los perros son criados bajos ciertas normas que nos exige la Federación, así sabemos cuales son sus padres y como es la historia de su progenie, Podemos investigar con los nombre de los padres las futuras aptitudes de nuestro cachorro.

La primer norma de selección  es conocer las cualidades naturales de los padres, y si es posible su línea de sangre ( porcentaje de individuos aptos en su progenie).

Recomiendo  visitar el criadero,  conocer  el ambiente donde fue criado, las condiciones sanitarias y de limpieza.

Como segundo paso evaluaremos la calidad de la madre, su grado de atención con los cachorros, la estabilidad del carácter,. La integración social  o la autonomía del perro dependen en gran medida de la relación con su madre.

Es por eso también  tan importante, no separar el cachorro de su madre hasta que estén dadas las condiciones;  nunca antes de la octava semana. La madre juega, enseña, pone limites, en el mismo idioma, por lo cual, llevarlo antes es educarlo sin naturalidad y sin los matices sutiles de la auténtica progenitora.

En la camada debemos buscar un cachorro que se integre en los juegos comunes y que busque interacción entre los hermano, con la madre o con los criadores humanos. También es importante  evaluar si ante  un acontecimiento  nuevo, el cachorro muestra autonomía e interés por explorar.

Es importante diferenciar autonomía  de independencia.

Autonomía: Busca jugar con camadas y criadores. Ante la novedad, se acerca a explorar. Acepta correcciones de la madre sin miedo, ante una experiencia mala, se asusta un poco pero después actúa normalmente  Sabe refugiarse en la madre.

Independencia: juega solo y le molesta ser interrumpido por  sus hermanos o criadores. Tiende a ignorar las novedades. Rechaza el contacto con gente nueva. Ante un susto se refugia en un rincón. Esta última condición los hace poco aptos para el trabajo.

El cachorro debe estar desparasitado, por lo menos dos veces, y junto con el cachorro se debe desparasitar a la madre.  Cuando se retira un cachorro de su criadero, debe hacerse un examen parasitológico para tratarlo individualmente si hiciera falta.

No olvidar la conveniencia de solicitar los certificados de libre de displasia de los padres.

Hay que controlar la mordida del cachorro, la que no debe ser  prognático ni enognático. La mordida debe ser en tijera, los dientes  superiores deben apoyarse sobre los dientes inferiores.

Controlar el color de ojos, no son permitidos los ojos celestes.

El manto debe ser tricolor, no puede faltar ninguno de  los tres colore:, negro, blanco y marrón fuego.

Controlar los papeles de FCA, ante cualquier duda consulta previamente con la Federación. No son admitidos papeles de otras instituciones, ya que no tienen valor. FCA es la única entidad reconocida internacionalmente.

Controlar los certificados de vacunación, y desparasitación,

 Marita Subiza

Notas y consejos


El aseo y cuidados de los Boyeros Suizos

Estos consejos van sobre todo dirigidos a los propietarios de Boyeros de Berna, ya que es la raza que tiene el manto largo.

Un cepillado periódico debería ser suficiente parta mantener en forma el pelaje de nuestro perro, recurriendo al baño solo en ocasiones especiales. Sobre este particular, la constancia es la virtud que más cabe destacar.
Dependiendo de la raza del perro elegiremos los útiles dimensionados a la dureza y longitud del pelo.
Primero situaremos al animal sobre una mesa o repisa desde la cuál tengamos fácil y cómodo acceso a toda su anatomía.
Empezamos pasando los dedos por el pelaje del animal, detectando y eliminando todos los objetos y partículas extrañas adheridas al manto, así como posibles nudos.
A continuación cepillaremos enérgicamente con el cardador para quitar la borra en la dirección del crecimiento del pelo, para acabar con un cepillo o gamuza en las razas de pelo corto y con el peine en las de pelo largo, esta vez en las dos direcciones.
Frecuencia: Las razas de pelo largo, con propensión a la formación de nudos, requieren un cepillado diario de mantenimiento, incluso varias veces al día en periodos de muda, mientras en las razas de pelo corto es suficiente una vez por semana.
En general, los perros de ciudad, donde el aire está saturado de polvo y partículas en suspensión que se adhieren al pelo, requieren mas cuidados que los que viven en el campo, donde las condiciones ambientales son más naturales.
En condiciones normales, un par de baños anuales son suficientes para nuestro perro. El aseo rutinario mantendrá en perfecto estado de limpieza a nuestro can. Esta parquedad en los baños no es debida a que a los perros no les guste o convenga el agua, en muchas ocasiones les encanta; es el champú lo que les es perjudicial para el equilibrio de los aceites naturales del pelo.
Por añadidura, el perfume del jabón suele molestar en demasía a nuestro compañero, Comenzaremos duchando al perro con agua tibia empezando por la cabeza y con el que se revolcará a la primera ocasión con tal de recuperar su olor a perro. Así pues, debemos elegir un buen champú y un acondicionador especialmente formulado para perros que ocasione el mínimo trastorno a nuestro compañero.
Tras un paseo por el campo suele ser suficiente un baño con agua tibia para quitar el barro.
Antes de iniciar el baño cepillaremos el perro con el cardador para evitar que el pelo se apelmace.

chorro cerca del cuerpo para que el agua penetre a fondo en el pelaje.
A continuación aplicaremos el champú, primero en la cabeza y luego en el cuerpo, procurando friccionar bien el pelaje. Con la mano cubriremos los ojos del animal para evitar que le entre el jabón.
Enjuagaremos a conciencia procurando eliminar absolutamente todo el champú.
Al finalizar el baño debemos poner especial atención en el secado. Primero, y en el caso que no dejemos que el animal se sacuda, un escurrido de arriba -abajo, delante -atrás con las manos, luego un secado con la toalla en sentido del pelo, para evitar la formación de nudos y finalmente un acabado con el secador, especialmente en las razas delicadas y de pelo largo.  
Los cachorros menores de tres meses son un caso aparte. Solo debemos bañarlos en ocasiones excepcionales y preferentemente bajo consejo veterinario. En todo caso debemos prestar especial atención al champú que utilizamos y sobre todo al secador. En los cachorros es imprescindible el uso del secador tras el baño para procurar que no pasen frío.
Fuente: La red de Los Amigos de los Boyeros de Berna, España 

viernes, 7 de febrero de 2014